jueves, 7 de junio de 2012

El asiento del tren

Más de una vez me imagino cómo me vería yo afectada si el tren en el que viajo chocara. Qué me pasaría, qué tanto me lastimaría. Trato de ser optimista siempre, veo de dónde me agarraría y si hay peligro de que alguien caiga sobre mi, me corro a un lugar (dentro de lo posible) más despejado. Llámenme loca perseguida si quieren, pero es inevitable. Igual no es algo que me preocupe, simplemente es una de mis tantos intentos de distraerme en mi viaje al trabajo, uno de mis juegos personales que invento para entretenerme conmigo misma. Les decía que la posibilidad de sufrir un accidente ferroviario no es una gran preocupación para mí. Sin embargo, el día de hoy pensé en esto más que de costumbre. Subí al vagón y, como estaba vacío elegí un lugar junto a la ventanilla. Al sentarme noté que el asiento no estaba del todo firme, se movía a penas para atrás, un poquitito. No le di importancia en el momento. La gente empezó a ubicarse y en un momento alguien se sentó a mi lado. El asiento volvió a moverse. Entonces dos personas, madre e hija imagino, se sentaron en el que estaba justo delante de mi, y ese sí que se movió bastante. Se me dio por mirar la pata, el soporte del banco. El sistema de los asientos en los trenes es sencillo: de un lado abulonado a la pared, del otro una pata de metal. El punto es que esta pata en particular estaba partida, rota, oxidada... en fin... veanlo ustedes mismos. En cuanto vi eso, me imaginé que si el tren llegara a chocar, como íbamos de espaldas, los asientos se irían para atrás. Es decír, yo me caería para atrás y los que iban adelante, caerían arriba de mis pies. Estas son todas imaginaciones mías. Pero las fotos son reales, son de hoy a la mañana. Los asientos están rotos, y en caso de que hubiera un accidente, con las formaciones en ese estado habría muchos más heridos. Arreglen los asientos del tren antes de que se terminen de caer y le quiebren una pierna a alguien. Arreglen los asientos, los pisos, los caños para agarrarse que se salieron de lugar, los trenes en general, todo. Después cuando pasa algo se lamentan, pero antes nunca, nunca hacen nada. Eso es todo por hoy. Feliz día del periodista. Gracias.

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