lunes, 10 de agosto de 2009

Noviazgos violentos

La violencia de género está vinculada a los matrimonios, pero en los noviazgos adolescentes también ocurre. La diferencia es que en una relación entre adultos, existe una unión legal y en muchos casos hay hijos en el medio. Pero chicos de entre 15 y 20 años que podrían alejarse de la persona violenta con mayor facilidad tampoco lo hacen, y la mayoría de las veces esto lleva a una situación de maltrato que no termina nunca.

Según la Asamblea General de las Naciones Unidas, se reconoce a la violencia de género como: “Todo acto de violencia hacia el sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer”. Esto incluye las amenazas, insultos y privaciones, tanto si se producen en la vida pública o privada. Pero las adolescentes que sufren estas agresiones en las relaciones de pareja no formales no las perciben como tales, ni ellas ni sus novios. Pero si se permite, del reclamo y los comentarios se pasa a los insultos, de éstos a los golpes, y luego al sometimiento.

Desde los 15 años y hasta la vida en pareja las personas comienzan a aprender y ensayar nuevas formas de comportamiento, que adoptan en su vida futura. Por este motivo un noviazgo violento, si no se termina, deriva en un matrimonio violento. Además de los “malos momentos”, las consecuencias de esta violencia son la depresión, baja autoestima, aislamiento, fracaso escolar y bajo rendimiento laboral.

Si bien no hay datos específicos acerca de la violencia en la etapa adolescente, las estadísticas de la línea telefónica “Te ayudo”, de la Dirección de la Mujer de la Ciudad (Buenos Aires, Argentina), revelan que en 2007 recibieron 130 llamados, de los cuales el 80 por ciento pertenecían a chicas que pedían ayuda sobre este problema, según publicó el diario Clarín. Las quejas más frecuentes que reflejan los celos obsesivos y el control exagerado en un noviazgo son: “No me deja salir”, “Si estoy con mis amigas aparece para ver si no estoy con un chico”, “Dice que mis amigas me llenan la cabeza con ideas raras”, “Me llama a cada rato al celular para preguntarme dónde estoy”, “Revisa los mensajes que tengo en el celular y mis e-mails”.

Las chicas que no denuncian el maltrato porque sienten que no es tan grave, y no quieren contarle a sus padres o amigas por temor a que la alejen de su novio (porque sienten que lo aman), lo más probable es que terminen acostumbrándose a la situación, y termine en un caso de violencia más serio. María (argentina, 20 años) afirmó: “Estuve tres años con un chico que me trataba re mal, me insultaba y me cargaba, pero para mí ya era normal.”

En un noviazgo violento no son tan comunes los golpes específicamente como en un matrimonio, pero sí son frecuentes en el ámbito del “juego”, lo que hace que su gravedad parezca insignificante, cuando en realidad no lo es. Así es como comienza, pero luego se transforma en un caso de violencia mucho más serio.

Suele darse con más frecuencia cuando alguna de las dos partes fue víctima de situaciones violentas en su familia, o las presenció. Las adolescentes cuyas madres fueron golpeadas por sus maridos incorporan ese comportamiento como “normal”. Incluso esas madres pueden transmitirles a sus hijas el pensamiento machista con comentarios del tipo: “Bueno, aguantá, es que estaba enojado, después se le pasa”.

Por otro lado, según indica el Servicio de Noticias de la Mujer de América Latina y el Caribe (SEMLAC), en México, Colombia, Perú, Guatemala, Bolivia, Argentina, Venezuela, Dominicana, Uruguay y Chile, entre el 50 y 70 por ciento de las mujeres han sido golpeadas y amenazadas por su esposo, novio o ex novio.

El Instituto Nacional de Salud hospitalaria de México reveló que, en un sólo año, fueron atendidas más de 7.000 mujeres tras haber sufrido violencia física. En Venezuela se recibe una denuncia de este tipo cada diez minutos, y en Perú son 240 mujeres por día. La Comisaría de la Mujer de Argentina recibió en 2007 más de 1.170 denuncias de abuso sexual en un período de seis meses. En Guatemala, según la Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público, acuden al menos 15.000 mujeres al año.

Sin embargo, en naciones como México (entre otros países latinoamericanos) continúa el temor a buscar ayuda. Las mexicanas consideran que la violencia es algo natural y un asunto privado que sólo debe importarle a la pareja. Las guatemaltecas pasan por una situación similar debido a la cultura patriarcal a la que ya están acostumbradas, y sólo el uno por ciento de las mujeres golpeadas lo denuncia.

Las cifras demuestran que la violencia de género es muy común en América Latina, y hay miles de casos en los que termina en un homicidio. Por eso es importantísimo detectarla cuando aún no llegó a desarrollarse del todo.

En realidad puede surgir en cualquier momento: desde la primera salida o después de varios años de noviazgo. Lo que sucede es que en la adolescencia es cuando se fijan el comportamiento sumiso en las mujeres, y el dominativo en los hombres, que luego acompañará a la persona a lo largo de toda la relación. A esto se le suma que es la etapa del enamoramiento, el romanticismo y la idealización del otro, el amor que todo lo puede y todo lo perdona, además de las inseguridades y temores que pueden tener las adolescentes.

1 comentario:

Manuel Adrian Jimenez dijo...

Buen blog y buen tema el que tomaste, espero que mas personas se informen mas de este tema especialmente las mujeres y nosostros lo hombres mejorar este mundo, Manuel, Guatemala.