Una vuelta al rededor del Riglos.

El Instituto Riglos es hoy el Centro Universitario Moreno (CENUM). Allí es donde estoy cursando la carrera Licenciatura en Comunicación, de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Sin embargo, el lugar conserva muchos aspectos de lo que era antes. En sus comienzos funcionaba como un orfanato, y era muy famoso ya que en él vivían muchísimos niños.

Ahora, gran parte del edificio se encuentra abandonado. La que se usa actualmente es la de adelante. En el pabellón del centro está ubicado el CENUM; el de la izquierda es de las maestras jardineras; y el de la derecha es un jardín de infantes llamado Kesachay.
La mayoría de la gente sólo conoce este sector, pero si alguien diera una vuelta al rededor encontraría toda una edificación abandonada. Las paredes están escritas con aerosol y casi se caen a pedazos, las ventanas tienen los vidrios rotos y las persianas de madera, podridas. Más al fondo hay una gran habitación, donde estaba instalado el sistema de calefacción del orfanato. Justo al lado se puede ver la altísima chimenea, junto al tanque de agua, que tiene la misma altura.
Las puertas están cerradas con candados y hay tierra por todos lados. No se podía entrar a ninguna parte de la edificación, exepto a una pequeña casita con techo de chapa y a un cuartito que tenía una ventana abierta. Sin embargo, ambos estaban demasiado sucios y oscuros para ingresar.
Dejando de lado la edificación, hay también muchos árboles. Entre ellos Nísperos, Paraísos (sus semillas estaban esparcidas por el suelo), Moreras, Pinos y un Nogal. El pasto estaba alto, pero no demasiado. Había muchísimas flores Lágrimas de Virgen, que son chiquitas y su tallo es de un color verde intenso. Cada una tiene entre seis y siete campanitas, y no poseen perfume.
Siguiendo con el recorrido, se llega nuevamente al frente del Riglos. Justo delante del pabellón de las maestras jardineras, se encuantra una pileta color celeste de aproximadamente un metro de profundidad. Más a la izquierda están las gradas, cubiertas por una enorme planta de Glisinas lilas. Debajo hay un baño o vestuario, pero también está cerrado con candado.
Se cuentan muchas historias sobre este lugar, todas relacionadas con sus épocas como orfanato. Muchas hablan de fantasmas, por eso hay mucha gente que no quiere ir a la parte abandonada. Es un lugar bastante deprimente y lúgubre. Algunos techos están cubiertos de hollín y hay basura y cosas tiradas, entre ellas la cúpula de un patrullero.
Esto no lo ví, pero debajo del edificio hay unos túneles con la misma forma que la construcción de arriba. La puerta está en un parque dentro del CENUM. Son los protagonistas en las historias que se cuentan.
Desde la diagonal que cruza la Plaza Buján, se puede ver toda la parte trasera del Riglos: La chimenea, el tanque de agua, la habitación donde estaba la caldera y los árboles. Está todo cercado con alambrado y tiene un par d epuertas, aunque la principal se encuentra del otro lado, por la Ruta 7. Se puede entrar con el auto o caminando, y tiene un caminito muy bonito en el centro, con hileras de árboles.
Es un lugar con muchos misterios.





Segunda parte: Una vuelta al rededor del Riglos II.
¡Con fotos!




Otro tema: Hoy cumplimos un año de novios con mi Facu. ¡¡Feliz aniversario mi amor!!

Te amo Facu!!!