Nieve para todos

A muchos nos llamaron por teléfono para contarnos, y otros lo descubrieron solos. Pequeños copitos de nieve caían del cielo para la sorpresa de todos. ¿Es nieve? ¿Está nevando? ¿Acá? Era algo increíble.


Al principio, a la mañana, nevaba poquito. Después ya empezó a caer más y más... hasta que a la noche pudimos apreciar que todo estaba pintado de blanco. Parecía una postal navideña yanqui, pero no, era nuestra ciudad. Los paisajes de nuestra vida cotidiana, esos que jamás se nos habría ocurrido ver así, estaban llenos de nieve. Los árboles, los techos, el pasto, los autos, todo blanco.


Acá donde yo vivo, en Moreno (no, nunca me secuestraron), la nieve se notó más en los alrededores que en el centro. En La Reja, por ejemplo, la zona de las vías estaba completamente blanca, igual que los árboles, el piso y los techos. En las casas con mucho parque se jugaron miles de peleas con nieve, sobre los autos se armaron varios muñequitos, y al frío nadie le prestó atención.


No hubo necesidad de esperar la oportunidad de viajar a Bariloche algún día, los que no la conocían fueron los que más disfrutaron el día de ayer jugando en la nieve. Un 9 de Julio que no vamos a olvidar nunca. Hacía ochenta y pico de años que no nevaba en Buenos Aires, y nos tocó verlo a nosotros. Ah, dije en Bs.As., pero no sé si en Moreno había nevado alguna vez.


Pero a pesar de lo hermosa que es, la nieve también nos muestra que el planeta no está del todo bien. Este clima es muy raro, y realmente habría que preocuparse más por el lugar en donde vivimos... porque al final es el único que tenemos.


Gracias por leer... eso me pone feliz.


¡Feliz blanca independencia!